En la historia de la literatura universal es difícil encontrar una obra que sea comparable con el Éxodo por su influencia en la cultura de la humanidad. Como parte del Pentateuco y del Antiguo Testamento, es reconocido como “inspirado” y sagrado tanto por judíos como por cristianos. 

El personaje principal del Éxodo, Moisés, es venerado como el mayor profeta no sólo por los representantes de estas religiones, sino también por los musulmanes. Muchos de los eventos descritos en el libro se han interpretado como prefiguraciones del cristianismo, anticipando el contenido de los relatos evangélicos.

Las imágenes de las Sagradas Escrituras presentadas en el Éxodo desde la Antigüedad se han vuelto imágenes de la cultura universal en general. Tanto las personas creyentes como las que son lejanas a la Iglesia están familiarizadas con las expresiones “zarza ardiente”, “plagas de Egipto”, “paso milagroso por el mar”, “monte Sinaí”, “becerro de oro”, “Tablas de la Ley”. 

En el mundo occidental es difícil encontrar una persona que no sepa qué son los Diez Mandamientos o niegue su importancia fundamental para la formación de la moral judía, cristiana y universal.